sábado, 2 de octubre de 2010

Rita Montaner


Rita Montaner es el nombre artístico de Rita Aurelia Fulceda Montaner y Facenda (*Guanabacoa, 20 de agosto de 1900 - ? La Habana, 17 de abril de 1958). También conocida como La Única, fue una de las más grandes artistas cubanas, incursionó en el teatro, la radio, el cine y la televisión alcanzando notable éxito nacional e internacional.

Fue hija de un blanco y una mulata creció en un ambiente mezclado por la cultura europea y la africana. Comenzó sus estudios de piano en el Conservatorio Peyrellade, en el cuál obtuvo la Medalla de Oro con solo 13 años de edad. Se graduó de piano, canto y armonía en 1917. Al graduarse se dedicó al canto aunque muchos le decían que tenía un buen futuro en el piano.

Su encuentro con el cine

En 1931, año en que Rita Montaner conoce en La Habana al célebre cantante Al Jolson, quien había sido el primer cantante en aparecer en el reciente creado cine sonoro con su célebre cinta Jazz Singer (El cantante de Jazz), de Alan Crosland, era una fecha en que ya Rita estaba considerada la primera figura de la canción cubana. Su célebre gira por París, Francia en un espectáculo en que sustituyó a la gran cantante española Raquel Meller, así como sus presentaciones en España, París y Londres, en los dos años anteriores, además de grabar sus primeros discos para la Columbia, la habían consagrado como la gran estrella, que sin duda era.

Su encuentro con Al Jolson es muy beneficioso para ella y acepta un contrato que se le ofrece para viajar a los EE.UU., presentándose como primera figura de la compañía que dirigía el gran cantante norteamericano. De esta forma, Rita pasa a formar parte de la misma, en una gira por ciudades estadounidenses con la obra El Bar Maravilloso (The Wonder Bar), con música de Robert Katscher. El éxito de Rita en todas las ciudades fue altamente celebrado por la prensa de la época.

Después de esta gira de éxitos, Rita recibe propuestas de la Metro Goldwyn Mayer para participar en una película, lo que representa para ella el primer ofrecimiento para hacer cine, pero Rita se ve obligada a rechazarlo, por motivos personales muy fuertes: el padre de sus dos hijos que los tenía a su cuidado, muere sorpresivamente y Rita tiene que volver a Cuba.

A principios de 1933, Rita Montaner llega a México, como principio de una gira que proseguiría a Centro y Suramérica y se le hace una propuesta para que realice una intervención musical en la cinta La Noche del pecado, de Miguel Contreras Torres, una de las primeras cintas sonoras mexicanas y Rita aprovecha esa oportunidad; es su debut cinematográfico.

La película es estrenada al año siguiente en México y la crítica y el público elogian su participación, Rita es ya en esa época bastante conocida por el pueblo mexicano.

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Debut en el cine cubano

Es en 1938 que Ramón Peón regresa a Cuba después de varios años de estancia en México, con ímpetus de hacer cine en Cuba y logra con la ayuda de Antonio Perdices y de algunos inversionistas, fundar la Compañía Películas Cubanas S.A. (PECUSA). Casi de inmediato acomete la filmación de la primera película, la comedia Sucedió en La Habana e invita a Rita (a quien desde México le había hecho conocer su interés de hacer con ella una película en Cuba), a formar parte del elenco principal de la misma, el cual integran también Luana de Alcañiz (cubana que vivía en el exterior), Juan Torena (español), así como Carlos Orellana (mexicano), Enriqueta Sierra, Alberto Garrido, Federico Piñero y Julio Gallo. La película, con argumento original de Ramón Pérez Díaz y guión de Agustín Rodríguez, se logra filmar en varios meses y se estrena en el Cine Teatro Radio Cine, el 6 de julio de ese año.

Rita interpreta a Pura, la “retrechera2 criolla”, en una película donde el débil guión, basado en un argumento de corte melodramático (que predominaba en las películas que se hacían en México y Argentina en toda esa época y años posteriores) y relleno con muchos personajes secundarios, que aparecían en diversas situaciones humorísticas o intervenciones musicales —para garantizar el favor del público y el éxito en taquilla— no daba las mejores posibilidades para el lucimiento de los actores principales.

Sucedió en La Habana, al igual que otras películas de esos años, entra en el grupo de las “perdidas para siempre”, ya que las copias existentes no fueron conservadas adecuadamente y actualmente no existe nada de la misma. Se sabe por las fotos y los testimonios de los que la vieron que Rita actúa pintada como una negra esclava, en el papel ya citado de la mulata “retrechera” y su actuación en contrapunto con el “gallego” Federico Piñero” y el “negrito” Alberto Garrido (que canta a dúo con Rita), se considera lo mejor de la cinta.

La segunda producción que acomete Peón en ese mismo año es Romance del Palmar y en esta ocasión introduce a Rita en un papel principal, verdaderamente protagónico, como merecía una artista de su calibre. La película, la más conocida y vista de Rita por las nuevas generaciones, ya que se ha exhibido en los últimos años en nuestro país, no pasa de ser también una mezcla de mucha música, abundantes momentos cómicos y algunas escenas amorosas poco afortunadas, montadas sobre un argumento trivial. Es de destacar la fotografía y el sonido de esta cinta, que mejoran grandemente en relación con su antecesora Sucedió en La Habana.

Rita protagoniza en esta ocasión a una “veguerita” pobre, que viaja a La Habana engañada por un “malvado galán” (José Ma. Linares Rivas), quien pretende explotar sus encantos y su calidad de cantante. Sin embargo los diálogos de la trama principal son de extrema cursilería y los galanes muy “encartonados”, unidos al vestuario de mal gusto que caracteriza a Rita y a otras intérpretes, todo lo cual lleva a que la cinta naufrague- y no salga a flote- sobre todo en la idílica escena final filmada en una laguna.

Lo más valioso de esta cinta es el panorama de la música cubana que se muestra, destacando la versión de Rita de “El Manisero”, de Simons, que ha quedado para la posteridad a pesar de que la calidad del sonido (en la copia que ha llegado a nuestros días) dista mucho de tener una fidelidad aceptable. La película, sin embargo, es un hito en la historia del cine cubano por la gran popularidad que tuvo, estableciendo record de recaudación y de permanencia en cartelera, nunca antes alcanzados para una película cubana.

La tercera película que filma Rita en estos años de su comienzo en el cine cubano es Romance musical, de Ernesto Caparrós en 1941, en la que se muestra por primera vez el personaje de “la chismosa”, que Rita había hecho tan popular en la radio, en una actuación especial de corta duración.

Esta película fue un empeño de Caparrós (el director de La serpiente roja” y ayudante de Peón en las dos películas anteriores), para producir una comedia musical con el empleo de artistas cubanos de renombre y varias estrellas nacientes de La Corte Suprema del Arte3. Rita también aporta dos nuevos números musicales, con su acostumbrado sello de cubanía. La película, sin embargo, no podrá ser más nunca apreciada, pues es otra de las que se han perdido definitivamente para la historia del cine cubano.

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Etapa mexicana

Después de años críticos para el cine cubano en el período de la guerra y además la partida de Peón a México, Rita se aleja del cine varios años en los que realiza numerosas giras al exterior, en las que inclusive visita Hollywood y participa con el famoso actor de cine John Garfield en un espectáculo teatral.

A fines de 1947, se le ofrece nuevamente un personaje para el cine en el largometraje cubano-mexicano María la O, bajo la dirección del mexicano Adolfo Fernández Bustamante y fotografía del destacado Gabriel Figueroa. En ese momento Rita no era del todo bien recibida en México, ya que debido a incidentes personales con la cantante mexicana Toña la Negra, esta había atribuido a Rita expresiones antimexicanas que no eran ciertas, a pesar de esto Rita concluyó el rodaje de la película. En esta cinta actúan también el actor mexicano Emilio Tuero, los cubanos Issa Morante, Oscar López y Armando Borroto y el español Ernesto Vilches. La película es inspirada en la zarzuela de igual nombre de Gustavo Sánchez Galarraga y Ernesto Lecuona, pero el resultado de la misma no fue bueno, en lo esencial porque no refleja la cubanía de la obra lírica y la idiosincrasia que en realidad tenía el personaje principal (la mulata cubana).

Eduardo Héctor Alonso, cronista de “Alerta”, expresaría: “por encima de todos se coloca Rita Montaner, con su gracia inigualable, ese talento suyo que ha debido poner más veces al servicio del cine”. 4

En 1948, Rita parte nuevamente a México solicitada para filmar con Joselito Rodríguez, la cinta Angelitos Negros, compartiendo los roles principales con el estelar actor y cantante mexicano Pedro Infante, la española Emilia Guiu y la niña Titina Romay. En esta cinta basada grandemente en la novela norteamericana Imitación de la vida, de Famie Hurst, Rita interpreta el papel de Mercé, la nana de raza negra, que sufre innumerables penurias al ser rechazada por su hija blanca y rubia (Emilia Guiu), quien desconoce que ella es su madre y posteriormente da a luz una niña negra, atribuyendo esto al padre de la niña (Pedro Infante) de quien no conoce exactamente su descendencia. El padre para proteger a la nana, esconde la verdad del color negro de la niña, hasta el final de la cinta, que después de grandes tragedias desemboca en un final más o menos feliz.

La película tuvo un significado especial en México, por ser la primera en tocar el tema de la discriminación racial y logró un gran impacto en la opinión pública, la crítica mexicana y cubana elogió grandemente la actuación de Rita, aunque es justo decir que el guión de la misma y su realización fueron hechos muy al estilo de los “melodramones” mexicanos de la época, con muchas escenas que rayan en la cursilería y el llanto provocado, las actuaciones de Pedro Infante y Rita, salvan un tanto la cinta. En 1949, la Federación de Redactores Cinematográficos y Teatrales de Cuba, eligió a Rita como la Mejor Actriz del año, por esta cinta.

En enero de 1950, Rita vuelve a México para filmar otro grupo de películas que se realizan en corto tiempo. La primera Ritmos del Caribe, cubano-mexicana, dirigida por Juan J. Ortega, con escenas filmadas en La Habana y en los estudios Clasa de Ciudad México, en esta cinta se introduce fundamentalmente el mambo, como ritmo musical que había sido recién creado por el músico cubano Dámaso Pérez Prado y es en general un filme mediocre, de lo común en esos años.

Paralelamente con la filmación de esta película. Rita participa también con intervenciones musicales en la película Pobre Corazón, de José Díaz Morales. Y comienza a filmar también Víctimas del pecado con dirección de Emilio “El Indio” Fernández y fotografía de Gabriel Figueroa. A pesar de que Rita consideraba esta película como “una de las mejores logradas en el cine mexicano” 5 el filme no se diferencia de los melodramas comunes de la época, con pobres diálogos y arrebatos pasionales en tabernas y callejones

Otras dos películas acomete Rita en este año: “Al son del mambo”, donde solo hace una intervención musical, un filme de Chano Urrueta en que también participa Dámaso Pérez Prado al frente de su orquesta. La otra cinta es la comedia Anacleto se divorcia donde es nuevamente dirigida por Joselito Rodríguez y comparte actuaciones con los buenos actores Andrés Soler y Carlos Orellana. El filme presenta igualmente que los anteriores, un argumento poco sólido, con una ilusoria relación entre el patrón y los obreros en una fábrica. Rita en esta cinta hace un papel en que muestra su innata vis cómica, formando un agradable trío cómico con Orellana y Soler. En la parte musical, canta y baila en las escenas finales de la película, haciendo dúo con el puertorriqueño Bobby Capó y tocando el piano magistralmente.

Para terminar esta etapa mexicana, Rita vuelve a México en 1950 y filma una película dramática, siguiendo la línea exitosa de Angelitos Negros, ahora con Tito Davidson como director: Negro es mi color. Rita aparece ahora como una negra pobre y de buen corazón que ha tenido una relación marital con un hombre, de la cual le nace una hija de piel muy clara, prácticamente blanca, la cual posteriormente la rechaza como madre. El resto del elenco lo integran Marga López, Roberto Cañedo y Miguel Torruco. A pesar de que la cinta toma como argumento una historia artificial y poco creíble, para procurar una situación límite en el tema de la discriminación racial y provocar las consabidas lágrimas, Rita se sobrepone y logra una magnífica y sobria actuación que le vale una nominación al Premio Ariel de coactuación femenina (actriz de reparto), en la terna de actrices que se seleccionan. Hay que decir que Rita ganó muy poco por estas películas en México y a pesar de esto nunca rechazó participar con estos productores que la reclamaban, pues sabían que el nombre y la calidad de la artista cubana, le daban mayor valor a sus filmes.

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Segunda etapa cubana

Un Ramón Peón, con mucha más experiencia, regresa a Cuba en abril de 1951 con el fin de aceptar la proposición recibida por Manuel de la Pedrosa y Manuel Pellón a nombre de la productora Fílmica Cubana S.A. para dirigir una película con el propósito de elevar la calidad del cine nacional y lograr mercado internacional.

Se escoge para esta nueva película, un argumento basado en una exitosa novela radial de Arturo Liendo: La Renegada. Para los artistas principales son seleccionados, la costarricense Yadira Jiménez con experiencia en el cine cubano, el galán radial Alberto González Rubio, Gina Cabrera, Enrique Santiesteban y José de San Antón, estos últimos provenientes de la recién surgida TV cubana. Se añade a la historia (que es un folletín al estilo de la época” y en un ambiente campesino, muy alejado de la realidad) un elemento jocoso introducido por los personajes de Rita Montaner como Micaela, la chismosa y José Sanabria, el bodeguero, los cuales “roban” en algunos momentos el mayor interés de la cinta que a ratos se torna aburrida.

Es nuestra opinión que el personaje de Micaela la chismosa, que interpreta brillantemente Rita, podía haber sido más enriquecido en esta cinta. El guión de la misma, tampoco ayuda y la selección de la intérprete principal —Yadira Jiménez— no fue adecuada, sus lagrimeos constantes y su poco convincente “tragedia interior”, restan interés a la misma, que podía haber sido una cinta de mayor calidad. Es de señalar, sin embargo, que el resto de los actores logran en general buenas actuaciones, principalmente Enrique Santiesteban y que la realización del filme es algo superior al cine cubano de esos años.

Ramón Peón, un director, que siempre prefirió a Rita para sus películas, acomete poco tiempo después, la filmación de un nuevo guión titulado La Única, escrito por el argentino Amado Lino Elizondo “El Petiso” , que no tenía muchas complejidades para su producción.

Este filme es una comedia con un argumento sencillo, que recuerda aquellas películas mexicanas del cómico Tin Tan. Rita trabajadora de una fábrica de telas logra elegirse como delegada sindical, en contraposición con la dirección, para poder reponer a una compañera despedida. Por otra parte unos maleantes sacan de ella una información para cometer un asalto a la fábrica y logran su cometido, Rita se da cuenta del error en que ha caído, que puede desacreditarla ante sus compañeras y acomete por su cuenta la búsqueda de los ladrones, lo cual logra con increíble facilidad. Como compañera de Rita se sitúa en la cinta a la joven actriz Maritza Rosales, otros artistas que integran el elenco y cubren su papel con dignidad son Ángel Espasantes, José Sanabria y Rafael Correa.

La cinta incluye, como era lo acostumbrado, algunos momentos musicales con destaque para el número interpretado por Rita, y otras escenas verdaderamente débiles, sin embargo, esta película, la última realizada por Peón en Cuba, el cineasta con quien Rita más películas realizó —cuatro en total— puede considerarse una comedia aceptable y que aún se disfruta, viendo a una Montaner que se echa a la espalda la película y logra sacarla a flote.

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Última película en México

En enero de 1954, Rita Montaner llega a México para la filmación de una nueva película de Joselito Rodríguez: Píntame Angelitos Blancos, un título escogido para recordar al público la exitosa cinta anterior y en la cual Rita vuelve a interpretar a una madre de raza negra que ha tenido dos hijos con un hombre blanco de procedencia burguesa, que la mantiene apartada de su familia, la cual no sabe que él se ha casado con una mujer negra.

El guión es aún más forzado que su antecesora —Angelitos Negros— ya que la niña es blanca y el niño varón es negro. El elenco lo integran también Julio Villarreal, Emilia Guiú, Titina Romay y Lalo González “Piporro”, notándose la sensible ausencia de una figura tan carismática como Pedro Infante. En general la cinta se queda por debajo en todos los aspectos de la cinta anterior y tampoco en México logra el impacto de la primera. Rita hace nuevamente una actuación digna, a pesar de lo irreal y “cursi” de algunas escenas.

Es esta la última película en que participa Rita Montaner. En Cuba no tiene la acogida que tuvo Angelitos Negros, sin embargo, logra llenar los circuitos de cines que la exhiben.

En los próximos años, hasta su muerte en 1958, Rita siguió una vida activa como artista multifacética, interviniendo en la radio, televisión y el teatro, pero no volvió a incursionar en el cine, motivado fundamentalmente a que no existía una verdadera industria nacional de este arte ya que no se le reclamó para esto, sus últimas actuaciones teatrales a enferma— en las obras La Médium y Fiebre de primavera fueron brillantes y pudieron quizá haberse llevado al cine, de haberse extendido su valiosa vida unos años más. Queden para las nuevas generaciones, las pocas películas existentes de las realizadas en Cuba y algunas que quizá pudieran recuperarse de su filmografía mexicana. Es necesario que muchos jóvenes conozcan quien fue Rita Montaner, símbolo del Arte Cubano de medio siglo.





Datos tomados de La Jiribilla.

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