lunes, 4 de octubre de 2010

Mulat@s..

Una representación de mulato en una «Pintura de Castas» de la era colonial. «De negro y española sale mulato».

Mulato es el término utilizado para designar al individuo nacido de la unión interracial entre una persona blanca y una persona negra, y designa también a cualquier persona de ascendencia fundamentalmente parda (mulata).

Al definir razas en el Medioevo los europeos de manera arbitraria categorizaron al humano así:blanco, , negroindio y sus cruce en: mestizo, mulato y zambo, más por virtud de los rasgos raciales. En conclusión la palabra indica: el producto humano de el cruce de la "raza blanca" con la "raza negra", en caso de sus colonias no Americanas.

El término antiguo y correcto es pardo (referido a las castas). Refiriéndose a los descendientes de la mezcla de razas o etnias de nativos blancos europeos y negros africanos. Los rasgos físicos de mulatos varían entre sí: pueden tener piel oscura o clara, o un color entre los dos. El pelo puede ser rizado, liso o de cualquier otra textura. La mezcla de razas o etnias de un mulato es uno de los muchos ejemplos de la relaciones interraciales en la humanidad. Otros similares son los mestizos y los zambos.


La Mulata en la expresión artística

Guadalupe Mejía Núñez
Universidad de Guadalajara

La Mulata, ha sido fuente de inspiración en diversos expresiones artísticas. Los antecedentes de la mujer de piel oscura los encontramos en la literatura hebraica: El Cantar de los Cantares, cantos de amor del rey Salomón y Sulamita, que evidencian la belleza de una mujer de piel oscura, ella se proclama hermosa y justifica el oscurecimiento de su piel, a causa del sol: "Nigra sum, sed formosa"

Tengo la tez morena, pero hermosa, muchachas de Jerusalén,

como las tiendas de cadar, los pabellones de Salomón

no se fijen en mi tez oscura,

es que el sol me ha bronceado:

enfadados conmigo, mis hermanos de madre

me pusieron a guardar sus viñas;

y mi viña, la mía, no la supe guardar. (1)

En realidad se trata de una mujer de tez oscura que explica la transformación que ha sufrido el color de su piel, a causa del sol. La belleza femenina estaba asociada a lo blanco, el texto lo constata al equiparar la belleza de Sulamita con la blancura de las flores:

(Ella) Soy un narciso de Sarón, una azucena de las vegas.

(El) Azucena entre espinas es mi amada entre las muchachas.(2)

El Rey Salomón enaltece la belleza blanca de su amada, aún cuando su tez es oscura: « …tú, la más bella de las mujeres »(3) en ambos enamorados es evidente la trascripción de valores culturales de la época que se inclinan por lo blanco como símbolo de belleza.

La Mulata surgió de un activo mestizaje iniciado durante la Colonia, la mezcla de dos razas dio por resultado un estereotipo de belleza y sensualidad que constituyó una fuente de inspiración en las corrientes artísticas de Hispanoamérica. Su valorización se ha dado dentro del contexto del placer; es amante o prostituta, no se la concibe como esposa del blanco ni del negro, tampoco se la incluye dentro de una práctica religiosa-cristiana, ya que su belleza y su atractivo han sido asociados a lo diabólico. La fusión de dos sangres y dos culturas han dado a esta mujer, una exuberante sexualidad que se describen en la poesía y la narrativa hispanoamericana a través de imágenes y metáforas que la asocian dentro de un espacio paradisíaco.

Por lo que respecta al tema de la mujer Mulata en la poesía hispanoamericana, son varios los escritores que a ella han recurrido. En el periodo 1926-1940 surgió el movimiento de la poesía negrista, inaugurada por el puertorriqueño Luis Palés Matos(1899-1959), el tema fue abordado con el deseo de reivindicar social y culturalmente a negros y mulatos, quienes a través de la historia habían sido víctimas de la discriminación racial y la esclavitud.

El término negro tenía un valor peyorativo asociado a lo feo, lo inferior y lo salvaje, el vocablo nace según René Dépestre a partir de que el hombre de tez oscura es tratado como esclavo: "Avant l’aventure de la traite négriere et de la colonisation, le mot nègre n’existait pas." (4) La trata de negros había crecido enormemente durante la colonización de América, en esta época negros y mulatos ocuparon la posición más baja de las jerarquías sociales, siendo el color más oscuro de la piel, quien realizaba los trabajos más pesados. No se consideraba necesario que el esclavo mereciera un trato diferente, pues el color negro estaba asociado a la fealdad y la maldad.

La presencia del negro en la literatura hispanoamericana data de siglos atrás, pero fue, según Mónica Mansour, en el teatro del siglo XVI cuando aparece como personaje y con peculiaridades de un castellano mal pronunciado, características que siglos más tarde vienen a ser uno de los rasgos estilísticos de la poesía negrista.

Durante el Romanticismo, el cubano Francisco Muñoz del Monte (1800-1868) abordó el tema de la Mulata desde la perspectiva social en que se la ha concebido: diabólica, salvaje, erótica e insaciable, se muestra victoriosa ante su presa: el hombre blanco

Es la mulata la fatal manzana

que al suelo arroja la infernal discordia;

punto de transición entre dos razas

discordes, implacables, rencorosas,

el Cáucaso por suya la reclama,

como suya el desierto la pregona.

Y la barbarie y la cultura luchan

en su frente tostada y majestuosa,

como en la frente de Luzbel un día

lucharon bien y mal allá en la gloria.

De blanco y negro inexplicable engendro,

sublime cuando quiere se enamora,

insaciable en sus iras como el tigre,

apacible en su amor como paloma.

Antítesis viviente de dos mundos,

cambiante anfibio, esfinge misteriosa,

que el enigma propone a los pasantes,

y al que no lo descifra lo devora.


El español Creto Gangá (1811-1871) quien vivió y murió en Cuba, describe la visión social que a través de la tradición se ha tenido de la Mulata:

Es un compuesto de todo,

es entre hereje y cristiana,

es como su misma piel,

entre negra y entre blanca;

es lo mismo que la trucha

que fluctúa entre dos aguas;

pulga que quieta atormenta,

y pacifica si sala

pimiento que visto, gusta,

y que comido da rabia;

licor que olido conforta,

y que bebido emborracha;

cantárida que da vida

unas veces, y otras mata.

Pero como hemos de verla

no es en estado de esclava,

sino cuando libremente

y por sus respetos anda.

esa, en fin, a quien parece

muy poca toda la acera

por donde pasa, y con cuyos

contoneos de caderas

hace agitar por do marcha

cortinas, toldos y muestras. (fragmento del poema Mulata, 1847) (7)

Al igual que Darío, el mexicano José Juan Tablada (1871-1945) recurrió a la figura de piel de ébano como un recurso de exuberante sensualidad, descrita a través de símiles, imágenes y metáforas que la asocian a los frutos, lo salvaje y exótico de la naturaleza describen el ritmo cadencioso de sus caderas equiparable al vaivén de la hamaca:

Mi cuerpo es una hamaca

tropical con vaivén de danzón;

mis labios tienen miel de níspero;

mi cuerpo es un jardín nocturno;

mis senos dos guanábanas;

mis ojos dos cocuyos...

Esos que mascan goma, vengan,

¡aquí hay candela!

De la reina de Saba, Salomón

amaba la candela;

vengan; para encenderse el corazón

¡aquí hay candela! (Canción de la Mulata, fragmento) (9)

Otro poema sobre el tema es Nombres negros en el son del cubano Emilio Ballagas (1908-1954):

Rita de la madrugada, Rita de la noche tibia,

Rita Barranco, mulata, tu nombre cálido y lindo,

Tu voz, tu color…envuelven en pulpa de tamarindo.

(Fragmento) (10)

En ocasiones nos encontramos con una transposición de la Mulata en instrumentos musicales:

Para mí se hace el talle de la guitarra

esbelta como una mulata

que canta en la noche endulzada de estrellas

mientras le acariciamos con indolencia el vientre.

(Emilio Ballagas, fragmento) (11)

El dominicano Manuel del Cabral describe el cuerpo de la Mulata como una composición musical:

Sobre las marejadas de la hamaca

meces tu carcajada de maraca:

como si de repente fabricaras la aurora

en tu carne de cuero de tambora,

de tambora, que a veces, roncos ruidos arrancas

para las tempestades de tus ancas.

( fragmento, Trópico suelto I ) (12)

Los recursos que utiliza la poesía son metáforas referentes al color, texturas, aromas y movimientos en donde el paisaje y el ritmo musical son propios de tierra caliente.

La mujer de piel de ébano, siempre aparece altiva, orgullosa de su belleza y de sus cualidades, no existe en ella sentimiento de inferioridad, por el contrario, su presencia tiene un aire de superioridad fundamentado en la sexualidad, ya que su presa, es el hombre blanco, quien agoniza ante ella y claudica ante sus encantos.

El puertorriqueño Luis Palés Matos (1899-1959) inspirado también en la Mulata escribió:

Eres ahora mulata

todo el mar y la tierra de mis islas.

Sinfonía frutal, cuyas escalas,

rompen furiosamente en tu catinga.

He aquí en su verde traje la guanábana

con sus finas y blandas pantaletas

de muselina; he aquí el caimito

con su leche infantil; he aquí la piña

con su corona de soprano…Todos

los frutos ¡oh mulata! Tú me brindas

en la clara bahía de tu cuerpo

por los soles del trópico bruñida. (13)

Guillén ha sido uno de los máximos exponentes de este género, ya desde Sor Juana se transcribía la pronunciación del negro en la poesía y se hacía uso de la onomatopeya para reproducir sonidos musicales negros, pero es en Cuba con Guillén, donde este movimiento alcanzó su plenitud. Su obra ha sido considerada la cumbre del movimiento por representar el proceso de transformación del negrismo africano al "latinoamericanismo", su poesía tiene un nuevo vigor, es rumba y son que canta y baila al ritmo de la poesía, la sensibilidad cubana integró la cultura africana en la poesía hispanoamericana. Sobre la Mulata escribió el siguiente poema:

Ya yo me enteré mulata,

mulata, ya sé que dice

que yo tengo la narise

como nudo de cobbata.

Y fíjate bien que tú

no ere tan adelantá,

poqque tu boca e bien grande,

y tu pasa colorá

Tanto tren con tu cuerpo,

tanto tren;

tanto tren con tu boca,

tanto tren;

tanto tren con su sojo,

tanto tren.

Si tu supiera, mulata,

la veddá;

¡que yo con mi negra tengo,

y no te quiero pa na! (14)

En este poema de Nicolás Guillén (1902-1989), la mujer negra, es la esposa o compañera, mientras la Mulata es vista como objeto del deseo, ajena a la raza negra, su mestizaje es producto de otros valores sociales y su presencia es perturbadora de la integración familiar.

La Mulata surgió de un activo mestizaje iniciado durante la Colonia, la mezcla de dos razas dio por resultado un estereotipo de belleza y sensualidad que constituyó una fuente de inspiración en las corrientes artísticas de Hispanoamérica. Su valorización se ha dado dentro del contexto del placer, a diferencia de la mujer negra, compañera del hombre de color. La fusión de dos sangres y dos culturas han dado a esta mujer, una exuberante sexualidad que se describen en la poesía y narrativa hispanoamericana, no se la concibe como esposa del blanco ni del negro (V. supra. La Mulata de Nicolás Guillén), tampoco se la incluye dentro de una práctica religiosa-cristiana, ya que sus encantos han sido asociados a lo diabólico. La Mulata representa lo primitivo y lo salvaje, en oposición a la cultura y civilización del hombre blanco, reproduce el mito de la superpotencia sexual de la raza negra. A diferencia del negro, ella no maneja sentimientos y se le ha concebido a través del imaginario colectivo como imagen de la mujer fatal, que fascina y aniquila.

Por lo que respecta a la narrativa, diversas versiones han surgido sobre la leyenda de la Mulata, entre ellas cabe mencionar a José Bernando Couto, autor de la primer versión escrita y publicada en la revista Mosaico mexicano (1837), con el título de La Mulata de Córdoba y la Historia de un peso, en dicha versión se habla de una hechicera que vivía en Córdoba, pero no se hace alusión al color de su piel,

12 años después, 1869, el jalisciense Aurelio Luis Gallardo escribió entre sus piezas teatrales La Hechicera de Córdoba, traducida al inglés y representada en San Francisco California el 11 de febrero de 1869.

Otros escritores como Ramírez Aparicio (1861), Vicente Riva Palacio en Tradiciones y Leyendas mexicanas (1922), Luis González Obregón en Las Calles de México, Heriberto Frías y varios más han escrito su versión sobre la leyenda de la Mulata de Córdoba. Todos ellos retoman el mito de una seductora Mulata que práctica la magia; cura enfermos, aparece y desaparece en diferentes espacios, se la acusa de hereje y de tener pacto con el diablo, se la lleva a juicio, y antes de ser ejecutada por el tribunal del Santo Oficio, ella pinta una embarcación sobre los muros de la celda y desaparece ante el asombro de los espectadores.

En 1939 Xavier Villaurrutia escribió un escenario cinematográfico titulado la Mulata de Córdoba, 6 años más tarde (1945) se filmó (a partir del 28 de mayo) en los estudios Azteca y en locaciones diversas, bajo la dirección de Adolfo Fernández Bustamante, su estrenó se realizó el día 20 de marzo del mismo año en el cine Palacio de la ciudad de México. El guión fue publicado en la revista literaria El Hijo Pródigo.

Con el mismo título Agustín Lazo (pintor y escenógrafo) presentó (1939) un ballet, musicalizado por Blas Galindo y representado en el Palacio de Bellas Artes y posteriormente en Nueva York.

En 1948 Villaurrutia modernizó el tema, escribiendo un libreto musical para ópera, la puesta en escena se llevó a cabo en colaboración con Agustín Lazo y la escritura musical fue realizada por José Pablo Moncayo. La obra se estructuró en un acto y tres cuadros y se estrenó el 19 de octubre de 1948 en el Palacio de Bellas Artes, bajo la batuta de Moncayo, en décadas posteriores se ha representado tanto en México como en España.

La protagonista de Villaurrutia es un estereotipo de la belleza femenina, es la mujer prohibida que seduce y castiga, personifica la destrucción masculina, enigmática, voluptuosa y bravía. A través de su discurso, reivindica un ansia de libertad e independencia hacia la tutela masculina.

Entre los textos más recientes, nos encontramos con algunos que evocan al tema de la Mulata y figuran bajo títulos diversos que deconstruyen el mito de la leyenda; entre ellos cabe señalar Mulata de Tal de Miguel Ángel Asturias, novela en la que el autor reinterpreta las tradiciones del mítico pasado maya-quiché, la novela se publicó en 1963 y cuatro años más tarde (1967) Asturias obtuvo el Premio Nóbel.

La obra tiene como protagonista una Mulata recreada a través del universo mágico de las tradiciones indígenas de Guatemala, Asturias reconstruye el relato oral de antiguas creencias para transportarnos a un mundo mágico de enanos, gigantes, hombres-jabalís y una jerarquía de demonios. El autor le ha dado el calificativo de tal, con el fin de ignorar su procedencia, o insistir en el anonimato de su presencia como trasgresora del orden social en una comunidad.




1 comentario:

Angélica Mora dijo...

La mezcla muy buena si produjo a Celia Cruz y otros grandes personajes...

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