domingo, 3 de octubre de 2010

Carlos Enríquez


El pintor cubano de las mujeres, los paisajes y caballos
El pintor y escritor cubano Carlos Enríquez (Zulueta 1900-La Habana 1957) fue uno de los fundadores y líderes del arte cubano moderno, y una personalidad verdaderamente singular. Sus obras se encuentran en las colecciones del Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba y de numerosos coleccionistas privados. Mediante una visión poética madura y el colorido vibrante, absolutamente irrepetible, renovó profundamente el arte cubano y latinoamericano transformando géneros como el paisaje campestre, la figura humana, básicamente femenina y desnuda, y la pintura ecuestre. Vivió y trabajó en La Habana, Nueva York, París y Madrid, compartió vida, hijos y arte con la pintora norteamericana Alice Neel, y su obra fue elogiada por intelectuales como Alfred Barr Jr, el escritor cubano Alejo Carpentier, Gertrude Stein y el mexicano Diego Rivera, entre otros. Gracias a la participación decisiva del editor y galerista cubano Ramón Cernuda, finalmente la obra de Enríquez encuentra el estudio definitivo. Bajo el título “Carlos Enríquez, el pintor del Romancero Criollo”, el profesor Juan A. Martínez, doctor del Departmento de Arte e Historia del Arte en Florida International University, Miami, comparte públicamente el fruto de largos años de investigación en torno al artista y escritor, definido de manera parcial por su afición a la bohemia, el alcohol y las mujeres. Auxiliado por la labor previa de investigadores como Ramón Vázquez, experto en arte cubano y ex curador del Museo Nacional, Martínez convierte las 320 páginas del libro en un recorrido exhaustivo y casi novelesco por las diversas etapas de Carlos Enríquez: su formación en La Habana y Estados Unidos, la vinculación consciente con la renovación socio-política y antimperialista del momento, la búsqueda reflexiva de las claves de un arte cubano y libre, el impacto en su arte de los viajes a Nueva York, París, Haití, México. Autor también de "Cuban Art and National Identity: The Vanguardia Painters 1927-1950" (University of Florida Press, 1994), Martínez ha recopilado las numerosas obras del pintor existentes en colecciones públicas y privadas, tanto en Cuba como Estados Unidos, y ha dispuesto las 300 imágenes, de ellas 224 a color, en una secuencia cronológica que revela las claves del pintor, cumbres y obsesiones, hasta ser derrotado por los efectos del alcohol, la enfermedad y la soledad en 1957. “Carlos Enríquez, el pintor del Romancero Criollo” es un libro imprescindible tanto para los estudiosos del arte cubano del siglo XX como para los coleccionistas y aficionados al arte cubano.






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