viernes, 12 de noviembre de 2010

“El precio de la libertad es eterna vigilancia”

Dr. Alberto S. Bustamante

En esta edición de Herencia queremos dejar
un legado de agradecimiento al pueblo
norteamericano y a esta gran nación de los
Estados Unidos, que la mayoría de los cubanoamericanos
consideramos nuestra patria por representar los valores
por los que hemos vivido toda nuestra vida. A esto hay
que agregar la amistad que por más de dos siglos han
tenido Cuba y los Estados Unidos, el apoyo a nuestro
sufrido pueblo, el haber podido como exilados rehacer
nuestras vidas aquí, educar a nuestros hijos con esos
valores, así como la libertad de que disfrutamos y por la
que tanto hemos luchado.
Un artículo publicado en la edición de julio 4 del 2008
por el Orlando Sentinel, ha servido de inspiración a esta
edición de nuestra revista Herencia, como le manifesté a
la autora Tara Tedrow, cuando me comuniqué con ella
para que nos autorizara su publicación.
Los sentimientos e impresiones que ella describe al
recorrer los países europeos, llenos de historia en la lucha
por la libertad, coincidieron con los nuestros en los
viajes que hemos hecho a través de los años. El silencio
impactante en Auschwitz, ante el dolor y la crueldad de
los verdugos nazis, las múltiples pruebas de generosidad y
sacrificio del pueblo americano en las dos guerras
mundiales, derramando su sangre en todos los rincones
del mundo, son evidentes en cada uno de esos países y constituyen
pruebas fehacientes para destruir las acusaciones de los enemigos de
América, que, llenos de odio, envidia y resentimiento, no cesan en su
afán de destruirnos.
En este cincuentenario del régimen comunista que gobierna los
destinos de Cuba, no puede celebrarse otra cosa que no sea desgracia
y destrucción, además de las múltiples pérdidas de la otrora feliz y
progresista familia cubana.
En 1953, la economía y riqueza cubanas se podían comparar con las
del Estado de Mississippi. Hoy en día las exportaciones de la Isla
equivalen a un tercio de las ventas de la empresa Bacardí, orgullo de
la comunidad cubanoamericana.
Los actos de heroísmo, tanto dentro como fuera de la estructura del
poder, en los países sometidos al totalitarismo, constituyen una gran
esperanza, tanto en aquellos en los que se gobierna en nombre de Alá
como en los de la supuesta "sociedad sin clases" patrocinada por :
El espíritu
de la libertad

EL comunismo y sus herederos del siglo XXI, que
siguen esclavizando a millones de personas.
Considerando las experiencias que hemos vivido
en estos cincuenta años, queremos resaltar
nuestra admiración por los fundadores de esta
gran nación de los Estados Unidos, y cómo el
"Espíritu de Libertad" que representa ha sido luz
de esperanza en todos los rincones del mundo.
Los futuros historiadores tendrán que reconocer
que la etapa entre 1870 y 1970 fue un siglo de
avance que admite comparación con pocos en la
historia. Fue una época comparable con el
Renacimiento de Italia o la Era Victoriana en
Inglaterra.
El avance de la tecnología moderna, en esta
nación, aumentó la producción en la proporción
más grande que ha visto el mundo, y ese avance
fue proporcionalmente mayor que el político,
que tampoco ha sido igualado aún por ningún
otro país.
Esto ha repercutido en todo el mundo. Hace 200
años el ingreso diario promedio en el mundo por
persona era equivalente a menos de dos dólares.
La cifra actual es de 17 dólares. Durante miles de
años la pobreza predominó, hasta que surgió la
Economía de Mercado y esa época impresionante
inspira a las presentes generaciones.
A nivel mundial a todos nos preocupa no sólo la
crisis económica, sino la crisis de los valores
tradicionales de nuestra cultura occidental y su
supervivencia ante el ataque de nuestros
enemigos.
Platón nos recuerda en sus escritos que lo real es
lo que perdura. La solidez de nuestros ideales y
valores, que hemos trasmitido por generaciones
con nuestras enseñanzas, reforzadas con el
ejemplo personal, crean en el ser humano ese
concepto de lo real, del honor, la dignidad y el
respeto que llevan los ideales de Dios, la Patria y
la Libertad de los fundadores de América y de
Cuba, los mismos que hoy seguimos defendiendo.
Poster “La Libertad de Cuba” circa 1875.
Made in New York, during the 10 year war
(1868-1878). Used for the logo of Cuban
Cultural Heritage.
Estos son los valores que están en juego en el mundo de
hoy.
El honor nunca envejece y produce grandes alegrías,
porque defiende causas justas y dignas, que merecen ser
defendidas a un costo muy alto. En esta época en que
vivimos, esa lucha puede llevar a un desprecio social y
político, a necesidades económicas y hasta a la
persecución y la muerte. Cuba desde 1959 es un buen
ejemplo de lo que hablamos.
Nos preguntamos: ¿Tiene ese honor un futuro? Como
ciudadanos libres podemos a veces fracasar en defender
esos valores y principios por los que hemos vivido toda
una vida. Esto nos hace recordar lo siguiente:
En los momentos en que terminaba la Convención
Constituyente de 1787, una señora se le acercó a
Benjamin Franklin y le preguntó: “Bueno Dr. Franklin,
qué es lo que tenemos, ¿una República o una
Monarquía?”.
Franklin respondió: "Una República, si usted la puede
mantener".
Lo mismo ocurre con el honor y los valores. Tienen un
futuro si los podemos mantener y cultivar.
Admiremos por lo tanto, y apoyemos, a todos los que
viven por el honor, la dignidad y el "Espíritu de
Libertad".
Para la Cuba que sufre repetimos: "Somos un solo
pueblo y la Patria es de todos".
Para nuestra patria de los Estados Unidos, luz de
libertad y esperanza del mundo, repetimos una y otra
vez: "God Bless América".
El honor del pueblo cubano y su lucha servirán de
inspiración, como en el "68" y el "95", para imponer el
"Espíritu de Libertad", abriendo un futuro de fe y
esperanza a las futuras generaciones.
Una vez que se imponga "la verdad de Cuba" podrán
entonces algunos de nuestros hermanos de América
reconocer sus errores y encaminar a sus países hacia una
verdadera democracia, tras abandonar los experimentos
socialistas fracasados.

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