domingo, 2 de enero de 2011

EL DRAMA CUBANO: CINCUENTA Y DOS AÑOS MÁS TARDE


Angélica Mora
Florida
Apuntes de una Periodista

Al iniciar el Nuevo Año, quisiera abarcar los dramas de Venezuela y Cuba juntos, pero me salta al pensamiento uno solo por el momento, el de los cubanos, donde hace 52 años se inició todo.

La falta de libertad, pobreza y persecución que hoy vive la Isla se originaron el primero de enero de 1959, cuando nadie pudo pensar que bajaba la catástrofe desde la Sierra Maestra.

El plan de adueñarse de Cuba estaba ya desde hacía tiempo incubado en la mente del Líder Barbudo y lo escondía en frases como "Esta Revolución es verde como las Palmas", cuando daltónicamente la tenía presente, comunista. Roja como la sangre, de los compatriotas que ordenó fusilar , a los pocos meses de tener -en forma total- el poder en sus manos.

El pueblo cubano nunca soñó que ese Primero de Enero, en vez de ser el principio de algo nuevo y beneficioso iba a ser la sepultura de las libertades -una por una- y un pauperismo a la altura de los últimos países del mundo.

El pueblo cubano no imaginó la vergüenza de una nación limosneando siempre subsidios, pero con un gobierno arrogante y belicoso con todo lo que ofreciera peligro -dentro y fuera- para continuar aferrado al poder por más de medio siglo.

Aquel despertar del año de 1959 fue el inicio de un drama cuyo fin todavía se tiene que crear.

Todos los capítulos están escritos e incluso hay un esbozo del último que tiene el aterrador subtítulo de:
"O RECTIFICAMOS O NOS HUNDIMOS"
(Raúl Castro)

¿Qué siente el cubano frente a las esperanzas rotas de 52 años y este encuentro de nuevo en el principio del camino?
¿ Y qué dicen las nuevas generaciones? ¿Quieren correr la misma suerte que sus padres y abuelos y mirarse las manos flacas y vacías cuando haya pasado este nuevo año?

Por todo lo señalado esta vez le corresponde al cubano de a pie decidir.
Está en el pueblo de Cuba terminar de escribir su historia, que bien podría finalizar este 2011, cuando se venza por fin, la paciencia de todos.

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