sábado, 2 de octubre de 2010

Orquesta Aragón


La Orquesta Aragón es una banda popular de charanga proveniente de Cuba. Su sonido característica esta basado en el son tradicional con su sección rítmica africana y las melodías españolas, sobre las cuales ellos agregan tres violines. La Orquesta Aragón no fue solo popular por interpretar el son, sino que también como inspirador del mambo neoyorquino. Se los puede oír actuando en «That Cuban Cha-Cha-Cha» y en colaboración con Beny Moré y Pérez Prado en «Riverside Years».

La Orquesta Aragón de Cuba representa y da nombre a las charangas que aparecieron en el Caribe cuando despuntaba el siglo XX. En tiempos del Cha Cha Chá «La Charanga Eterna» se adueñó de ese ritmo e hizo famoso al inolvidable flautista Rafael Egúes, quien estuvo en la orquesta hasta 1984 logrando éxitos como El Bodeguero, Nosotros y Pare cochero.

La Charanga nació a principios del siglo pasado…»surgió como variante de la orquesta típica cubana del siglo XIX, una orquesta de metales conocida entonces como Charanga francesa. Su estilo lo definen la flauta y los violines, ausentes en las demás orquestaciones. Completaban su dotación: el timbal, el güiro, el piano (incorporado en 1901), el contrabajo y después la tumbadora. Las Charangas interpretaban el danzó, el danzonete, el bolero canción, y a partir de los años cincuenta, el Cha Cha Chá.»…

La Aragón se formó en Cienfuegos (Cuba) en el año de 1.939, fue fundada por Orestes Aragón, de profesión carpintero. La Charanga Aragón destacaba sus tres violines, la flauta y el cello describiendo la música de cuerda que se tocaba originalmente en los bailes y fiestas de los salones de la blanca burguesía.

La manía del Cha cha Chá le trajo a la Aragón una audiencia mucho más grande, fue entonces cuando se mudaron a La Habana y de la mano de Egües recorrieron las américas y comenzaron un programa en Radio Progreso, que aún se sigue emitiendo. Pronto, y de la mano del comunismo, la Aragón partió a Europa del Este y luego llevó su Cha Cha Chá a París.


En algo más de sesenta años la orquesta ha interpretado éxitos como El Bodeguero, El cerquillo, Cachita, Pare Cochero, Guajira con tumbao, Tres lindas cubanas y quiéreme siempre. Entre flautas y violines, la Aragón ha registrado voces como las de Benny Moré, Perez Prado, Chapotín y muchos más. Rafael Lay, quien fue su director desde 1948, falleció en 1.982 en un accidente de tránsito, pero la orquesta continúa su función, la de hacer gozar a todo el mundo bajo la dirección de Rafael Lay hijo.








El creador del cha-cha-cha

Enrique Jorrin el Creador del Chachachá

Por: Elvira Dominguez

El Veraz de Puerto Rico

Enrique Jorrín, el creador del chachachá, nació el 25 de diciembre de 1926 en Pinar del Río hijo de Miguel Jorrín natural de Bolondron en Matanzas y Mercedes Oleaga natural de Cabañas. En 1930 a la edad de 5 años su familia sin embargo, se trasladó a la Habana siendo el muy chico y fue en el barrio del Cerro donde el compositor y violinista pasó el resto de su vida.

Este barrio, lleno de antiguos casonas, vio transcurrir por su angostos callejones, la vida de Enrique Jorrín, desde sus primeras letras hasta sus éxitos internacionales. Lo vio ir al conservatorio y después como integrante de diferentes agrupaciones, seguramente lo escuchó componer los muchos danzones que fluían de sus inspiración.

Su educación musical comenzaría en el conservatorio de música de la Habana, tocando el violín junto a la orquesta del instituto Nacional de Música, dirigida por González Mantici.

Su contacto con la música popular de Cuba ocurriría cuando ingreso en la orquesta de Danzón de los Hermanos Contreras.

El viejo barrio y sus habitantes fueron testigos de la ascendente carrera del joven músico desde sus primeros trabajos como profesional hasta los días en que entra a formar parte de importantes agrupaciones como la famosa orquesta de Arcaño y sus Maravillas, junto a Orestes López y su hermano Israel "Cachao" López. ..

Estos músicos se convertirían en unos de los más importantes innovadores de la música Cubana. Además de convertirse en los difusores del nuevo ritmo "Chachachá" serían los responsables de la creación del "Mambo".

El chachachá como todo género realmente popular no nació de la nada. Se originó como un proceso de evolución y de experimentación de Enrique Jorrín con el danzón.

Durante sus años mozos, lo único que Jorrín componía eran danzones, que al principio respetaban todos los cánones musicales propios del género pero que después, poco a poco, se iban permitiendo pequeños cambios que los acercaban cada vez más al chachachá. El Chachachá surgiría del desarrollo del viejo Danzón Cubano, una versión más lenta del "Mambo".

Una de las más importantes fue la conformación de un trío de cantantes que entonaban al unísono el tema de la composición y que le darían ese tono tan característico al nuevo género.

El nombre con el que originalmente Enrique Jorrín llamó a sus experimentos fue neodanzón. No era evidentemente un nombre muy atractivo, pero nos habla de lo que el compositor pensaba de su nueva creación. Lo que Enrique Jorrín componía, según él, no eran sino danzones que su creatividad modificaba.

El nombre que todos conocemos nació con ayuda de los bailadores, cuando al inventarse el baile que se acoplaba con el ritmo, se descubrió que los pies marcaban un sonido peculiar al rozar el suelo, precisamente en tres tiempos seguidos, cha - cha - chá, y de ahí, de ese sonido, nació, por onomatopeya, el nombre que despierta en todo el mundo las ganas de mover los pies, el chachachá.

Jorrin dice sobre este género:

"Construí algunos danzones en los que los músicos de la orquesta hacíamos pequeños coros". Gusto al público y tome esa vía. En el danzón "Constancia" intercalé algunos montunos conocidos y la participación del público en los coros me llevó a hacer más danzones de este estilo. Le pedí a la orquesta que todos cantaran al unísono. Así se lograron tres cosas que se oyera la letra con más claridad, más potente y además se disimulaba la calidad de las voces de los músicos que en realidad no eran cantantes.

En 1948 cambie el estilo de la canción mexicana de Guty de Cárdenas: "Nunca". La primera parte la hice en su estilo original y a la segunda parte le di un sentido diferente a la melodía. Gusto tanto que decidí independizar del danzón las dos ultimas partes, o sea el tercer trío o montuno".

El 8 de mayo de 1954 funda su primera y propia orquesta al frente de esta se presento en mas de 30 ocasiones en México, creando en este país una afición amplísima por el nuevo ritmo, visito mas de 20 países haciendo presentaciones de amplia aceptación popular.

Como el mismo Enrique Jorrín, lo describía, el chachachá es un baile intermedio, ni muy despacio, ni muy rápido, lo que permitió al ciudadano común desplegar, sin prejuicios, sus normalmente limitadas capacidades dancísticas y al mismo tiempo disfrutar de la música.

Alrededor de la mitad del siglo, Enrique Jorrín, era un joven que da a conocer "La engañadora", fruto de sus experimentaciones con la forma, la melodía y el ritmo del danzón. De ahí en adelante y con el auxilio de otras composiciones del mismo estilo, el nuevo ritmo que la gente llamó chachachá, conquistaría contundentemente a los oyentes y bailadores. En muy poco tiempo todo el continente estaba bailando, con diferentes grados de sabrosura por supuesto, el majestuoso chachachá.




Orquesta Arcaño y sus Maravillas

Jardines de La Tropical


Propiedad de la Cerveza Tropical Co., es un paraíso de bellas flores y plantas exóticas. Este bello lugar es visitado por miles de turistas. Todos los visitantes son obsequiados con cerveza gratis.”
Pub. by Roberts & Co., Havana, Cuba.
Década de 1940-1950.

En la historia de la música bailable cubana no puede obviarse a La Tropical, esa especie de santuario nacional de los bailadores, en el que diferentes generaciones de habitantes de esta musicalísima Isla han contribuido a engrandecer la leyenda.

Dicen que esta historia comenzó allá por 1904 cuando abrieron grandes salones en los jardines de la cervecería Tropical, situada en Puentes grandes, con el fin de aumentar las ventas de lo que con el tiempo se llamaría fría, rubia y también láguer...

Primero fueron las sociedades españolas las que celebraban allí sus fiestas dominicales, en las que los peninsulares –y sus descendientes– evocaban en esos predios el terruño dejado atrás, entre muñeiras, pasodobles, jotas y aurreskus –danzados por vascos- si desdeñar el Danzòn y el Son, ideal para el alma divertir en la tierra de adopción.

En opinión de la colombiana Adriana Orejuela, en su muy documentada investigación sobre La Tropical, publicada en la revista cubana Clave, en los inicios de los jardines “la música cubana constituyó siempre un ingrediente indispensable en tales celebraciones, no obstante, su carácter eminentemente español”.

Pasado algún tiempo, los ritmos norteamericanos, como el Foxtrot, y el Charleston, trataron de apoderarse del gusto del público que allí se reunía –en ocasiones hasta 15 mil personas- pero nunca perdieron su bien ganado sitio, los bailes cubanos en los ya famosos Jardines de la Tropical.

Al inicio de los 40, el público asistente fue cambiando. Negros y mulatos se convertirían en los nuevos bailadores del lugar, que dicho sea de paso, no se caracterizó jamás por el lujo ni la pompa.

La música y el baile serían, desde entonces, la mayor atracción de “los jardines”. Grupos como los de Arsenio Rodríguez y su conjunto, Arcaño y sus Maravillas y Melodías del 40 alcanzaron el favor del público exigente.

A partir de los años 50 llegaría también a La Tropical el Cha-cha-cha, de Enrique Jorrín, además del Benny Moré y su Banda Gigante y la incombustible Orquesta Aragón.

A estas alturas, La Tropical “constituiría una suerte de catedral de la música popular cubana”, al decir de la Orejuela. “Por su escenario había transitado las mejores agrupaciones de épocas diferentes, y el público ganaba a cada instante la fama de contarse entre los más sabios, diestros y exigentes de toda La Habana.



Rita Montaner


Rita Montaner es el nombre artístico de Rita Aurelia Fulceda Montaner y Facenda (*Guanabacoa, 20 de agosto de 1900 - ? La Habana, 17 de abril de 1958). También conocida como La Única, fue una de las más grandes artistas cubanas, incursionó en el teatro, la radio, el cine y la televisión alcanzando notable éxito nacional e internacional.

Fue hija de un blanco y una mulata creció en un ambiente mezclado por la cultura europea y la africana. Comenzó sus estudios de piano en el Conservatorio Peyrellade, en el cuál obtuvo la Medalla de Oro con solo 13 años de edad. Se graduó de piano, canto y armonía en 1917. Al graduarse se dedicó al canto aunque muchos le decían que tenía un buen futuro en el piano.

Su encuentro con el cine

En 1931, año en que Rita Montaner conoce en La Habana al célebre cantante Al Jolson, quien había sido el primer cantante en aparecer en el reciente creado cine sonoro con su célebre cinta Jazz Singer (El cantante de Jazz), de Alan Crosland, era una fecha en que ya Rita estaba considerada la primera figura de la canción cubana. Su célebre gira por París, Francia en un espectáculo en que sustituyó a la gran cantante española Raquel Meller, así como sus presentaciones en España, París y Londres, en los dos años anteriores, además de grabar sus primeros discos para la Columbia, la habían consagrado como la gran estrella, que sin duda era.

Su encuentro con Al Jolson es muy beneficioso para ella y acepta un contrato que se le ofrece para viajar a los EE.UU., presentándose como primera figura de la compañía que dirigía el gran cantante norteamericano. De esta forma, Rita pasa a formar parte de la misma, en una gira por ciudades estadounidenses con la obra El Bar Maravilloso (The Wonder Bar), con música de Robert Katscher. El éxito de Rita en todas las ciudades fue altamente celebrado por la prensa de la época.

Después de esta gira de éxitos, Rita recibe propuestas de la Metro Goldwyn Mayer para participar en una película, lo que representa para ella el primer ofrecimiento para hacer cine, pero Rita se ve obligada a rechazarlo, por motivos personales muy fuertes: el padre de sus dos hijos que los tenía a su cuidado, muere sorpresivamente y Rita tiene que volver a Cuba.

A principios de 1933, Rita Montaner llega a México, como principio de una gira que proseguiría a Centro y Suramérica y se le hace una propuesta para que realice una intervención musical en la cinta La Noche del pecado, de Miguel Contreras Torres, una de las primeras cintas sonoras mexicanas y Rita aprovecha esa oportunidad; es su debut cinematográfico.

La película es estrenada al año siguiente en México y la crítica y el público elogian su participación, Rita es ya en esa época bastante conocida por el pueblo mexicano.

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Debut en el cine cubano

Es en 1938 que Ramón Peón regresa a Cuba después de varios años de estancia en México, con ímpetus de hacer cine en Cuba y logra con la ayuda de Antonio Perdices y de algunos inversionistas, fundar la Compañía Películas Cubanas S.A. (PECUSA). Casi de inmediato acomete la filmación de la primera película, la comedia Sucedió en La Habana e invita a Rita (a quien desde México le había hecho conocer su interés de hacer con ella una película en Cuba), a formar parte del elenco principal de la misma, el cual integran también Luana de Alcañiz (cubana que vivía en el exterior), Juan Torena (español), así como Carlos Orellana (mexicano), Enriqueta Sierra, Alberto Garrido, Federico Piñero y Julio Gallo. La película, con argumento original de Ramón Pérez Díaz y guión de Agustín Rodríguez, se logra filmar en varios meses y se estrena en el Cine Teatro Radio Cine, el 6 de julio de ese año.

Rita interpreta a Pura, la “retrechera2 criolla”, en una película donde el débil guión, basado en un argumento de corte melodramático (que predominaba en las películas que se hacían en México y Argentina en toda esa época y años posteriores) y relleno con muchos personajes secundarios, que aparecían en diversas situaciones humorísticas o intervenciones musicales —para garantizar el favor del público y el éxito en taquilla— no daba las mejores posibilidades para el lucimiento de los actores principales.

Sucedió en La Habana, al igual que otras películas de esos años, entra en el grupo de las “perdidas para siempre”, ya que las copias existentes no fueron conservadas adecuadamente y actualmente no existe nada de la misma. Se sabe por las fotos y los testimonios de los que la vieron que Rita actúa pintada como una negra esclava, en el papel ya citado de la mulata “retrechera” y su actuación en contrapunto con el “gallego” Federico Piñero” y el “negrito” Alberto Garrido (que canta a dúo con Rita), se considera lo mejor de la cinta.

La segunda producción que acomete Peón en ese mismo año es Romance del Palmar y en esta ocasión introduce a Rita en un papel principal, verdaderamente protagónico, como merecía una artista de su calibre. La película, la más conocida y vista de Rita por las nuevas generaciones, ya que se ha exhibido en los últimos años en nuestro país, no pasa de ser también una mezcla de mucha música, abundantes momentos cómicos y algunas escenas amorosas poco afortunadas, montadas sobre un argumento trivial. Es de destacar la fotografía y el sonido de esta cinta, que mejoran grandemente en relación con su antecesora Sucedió en La Habana.

Rita protagoniza en esta ocasión a una “veguerita” pobre, que viaja a La Habana engañada por un “malvado galán” (José Ma. Linares Rivas), quien pretende explotar sus encantos y su calidad de cantante. Sin embargo los diálogos de la trama principal son de extrema cursilería y los galanes muy “encartonados”, unidos al vestuario de mal gusto que caracteriza a Rita y a otras intérpretes, todo lo cual lleva a que la cinta naufrague- y no salga a flote- sobre todo en la idílica escena final filmada en una laguna.

Lo más valioso de esta cinta es el panorama de la música cubana que se muestra, destacando la versión de Rita de “El Manisero”, de Simons, que ha quedado para la posteridad a pesar de que la calidad del sonido (en la copia que ha llegado a nuestros días) dista mucho de tener una fidelidad aceptable. La película, sin embargo, es un hito en la historia del cine cubano por la gran popularidad que tuvo, estableciendo record de recaudación y de permanencia en cartelera, nunca antes alcanzados para una película cubana.

La tercera película que filma Rita en estos años de su comienzo en el cine cubano es Romance musical, de Ernesto Caparrós en 1941, en la que se muestra por primera vez el personaje de “la chismosa”, que Rita había hecho tan popular en la radio, en una actuación especial de corta duración.

Esta película fue un empeño de Caparrós (el director de La serpiente roja” y ayudante de Peón en las dos películas anteriores), para producir una comedia musical con el empleo de artistas cubanos de renombre y varias estrellas nacientes de La Corte Suprema del Arte3. Rita también aporta dos nuevos números musicales, con su acostumbrado sello de cubanía. La película, sin embargo, no podrá ser más nunca apreciada, pues es otra de las que se han perdido definitivamente para la historia del cine cubano.

3

Etapa mexicana

Después de años críticos para el cine cubano en el período de la guerra y además la partida de Peón a México, Rita se aleja del cine varios años en los que realiza numerosas giras al exterior, en las que inclusive visita Hollywood y participa con el famoso actor de cine John Garfield en un espectáculo teatral.

A fines de 1947, se le ofrece nuevamente un personaje para el cine en el largometraje cubano-mexicano María la O, bajo la dirección del mexicano Adolfo Fernández Bustamante y fotografía del destacado Gabriel Figueroa. En ese momento Rita no era del todo bien recibida en México, ya que debido a incidentes personales con la cantante mexicana Toña la Negra, esta había atribuido a Rita expresiones antimexicanas que no eran ciertas, a pesar de esto Rita concluyó el rodaje de la película. En esta cinta actúan también el actor mexicano Emilio Tuero, los cubanos Issa Morante, Oscar López y Armando Borroto y el español Ernesto Vilches. La película es inspirada en la zarzuela de igual nombre de Gustavo Sánchez Galarraga y Ernesto Lecuona, pero el resultado de la misma no fue bueno, en lo esencial porque no refleja la cubanía de la obra lírica y la idiosincrasia que en realidad tenía el personaje principal (la mulata cubana).

Eduardo Héctor Alonso, cronista de “Alerta”, expresaría: “por encima de todos se coloca Rita Montaner, con su gracia inigualable, ese talento suyo que ha debido poner más veces al servicio del cine”. 4

En 1948, Rita parte nuevamente a México solicitada para filmar con Joselito Rodríguez, la cinta Angelitos Negros, compartiendo los roles principales con el estelar actor y cantante mexicano Pedro Infante, la española Emilia Guiu y la niña Titina Romay. En esta cinta basada grandemente en la novela norteamericana Imitación de la vida, de Famie Hurst, Rita interpreta el papel de Mercé, la nana de raza negra, que sufre innumerables penurias al ser rechazada por su hija blanca y rubia (Emilia Guiu), quien desconoce que ella es su madre y posteriormente da a luz una niña negra, atribuyendo esto al padre de la niña (Pedro Infante) de quien no conoce exactamente su descendencia. El padre para proteger a la nana, esconde la verdad del color negro de la niña, hasta el final de la cinta, que después de grandes tragedias desemboca en un final más o menos feliz.

La película tuvo un significado especial en México, por ser la primera en tocar el tema de la discriminación racial y logró un gran impacto en la opinión pública, la crítica mexicana y cubana elogió grandemente la actuación de Rita, aunque es justo decir que el guión de la misma y su realización fueron hechos muy al estilo de los “melodramones” mexicanos de la época, con muchas escenas que rayan en la cursilería y el llanto provocado, las actuaciones de Pedro Infante y Rita, salvan un tanto la cinta. En 1949, la Federación de Redactores Cinematográficos y Teatrales de Cuba, eligió a Rita como la Mejor Actriz del año, por esta cinta.

En enero de 1950, Rita vuelve a México para filmar otro grupo de películas que se realizan en corto tiempo. La primera Ritmos del Caribe, cubano-mexicana, dirigida por Juan J. Ortega, con escenas filmadas en La Habana y en los estudios Clasa de Ciudad México, en esta cinta se introduce fundamentalmente el mambo, como ritmo musical que había sido recién creado por el músico cubano Dámaso Pérez Prado y es en general un filme mediocre, de lo común en esos años.

Paralelamente con la filmación de esta película. Rita participa también con intervenciones musicales en la película Pobre Corazón, de José Díaz Morales. Y comienza a filmar también Víctimas del pecado con dirección de Emilio “El Indio” Fernández y fotografía de Gabriel Figueroa. A pesar de que Rita consideraba esta película como “una de las mejores logradas en el cine mexicano” 5 el filme no se diferencia de los melodramas comunes de la época, con pobres diálogos y arrebatos pasionales en tabernas y callejones

Otras dos películas acomete Rita en este año: “Al son del mambo”, donde solo hace una intervención musical, un filme de Chano Urrueta en que también participa Dámaso Pérez Prado al frente de su orquesta. La otra cinta es la comedia Anacleto se divorcia donde es nuevamente dirigida por Joselito Rodríguez y comparte actuaciones con los buenos actores Andrés Soler y Carlos Orellana. El filme presenta igualmente que los anteriores, un argumento poco sólido, con una ilusoria relación entre el patrón y los obreros en una fábrica. Rita en esta cinta hace un papel en que muestra su innata vis cómica, formando un agradable trío cómico con Orellana y Soler. En la parte musical, canta y baila en las escenas finales de la película, haciendo dúo con el puertorriqueño Bobby Capó y tocando el piano magistralmente.

Para terminar esta etapa mexicana, Rita vuelve a México en 1950 y filma una película dramática, siguiendo la línea exitosa de Angelitos Negros, ahora con Tito Davidson como director: Negro es mi color. Rita aparece ahora como una negra pobre y de buen corazón que ha tenido una relación marital con un hombre, de la cual le nace una hija de piel muy clara, prácticamente blanca, la cual posteriormente la rechaza como madre. El resto del elenco lo integran Marga López, Roberto Cañedo y Miguel Torruco. A pesar de que la cinta toma como argumento una historia artificial y poco creíble, para procurar una situación límite en el tema de la discriminación racial y provocar las consabidas lágrimas, Rita se sobrepone y logra una magnífica y sobria actuación que le vale una nominación al Premio Ariel de coactuación femenina (actriz de reparto), en la terna de actrices que se seleccionan. Hay que decir que Rita ganó muy poco por estas películas en México y a pesar de esto nunca rechazó participar con estos productores que la reclamaban, pues sabían que el nombre y la calidad de la artista cubana, le daban mayor valor a sus filmes.

4

Segunda etapa cubana

Un Ramón Peón, con mucha más experiencia, regresa a Cuba en abril de 1951 con el fin de aceptar la proposición recibida por Manuel de la Pedrosa y Manuel Pellón a nombre de la productora Fílmica Cubana S.A. para dirigir una película con el propósito de elevar la calidad del cine nacional y lograr mercado internacional.

Se escoge para esta nueva película, un argumento basado en una exitosa novela radial de Arturo Liendo: La Renegada. Para los artistas principales son seleccionados, la costarricense Yadira Jiménez con experiencia en el cine cubano, el galán radial Alberto González Rubio, Gina Cabrera, Enrique Santiesteban y José de San Antón, estos últimos provenientes de la recién surgida TV cubana. Se añade a la historia (que es un folletín al estilo de la época” y en un ambiente campesino, muy alejado de la realidad) un elemento jocoso introducido por los personajes de Rita Montaner como Micaela, la chismosa y José Sanabria, el bodeguero, los cuales “roban” en algunos momentos el mayor interés de la cinta que a ratos se torna aburrida.

Es nuestra opinión que el personaje de Micaela la chismosa, que interpreta brillantemente Rita, podía haber sido más enriquecido en esta cinta. El guión de la misma, tampoco ayuda y la selección de la intérprete principal —Yadira Jiménez— no fue adecuada, sus lagrimeos constantes y su poco convincente “tragedia interior”, restan interés a la misma, que podía haber sido una cinta de mayor calidad. Es de señalar, sin embargo, que el resto de los actores logran en general buenas actuaciones, principalmente Enrique Santiesteban y que la realización del filme es algo superior al cine cubano de esos años.

Ramón Peón, un director, que siempre prefirió a Rita para sus películas, acomete poco tiempo después, la filmación de un nuevo guión titulado La Única, escrito por el argentino Amado Lino Elizondo “El Petiso” , que no tenía muchas complejidades para su producción.

Este filme es una comedia con un argumento sencillo, que recuerda aquellas películas mexicanas del cómico Tin Tan. Rita trabajadora de una fábrica de telas logra elegirse como delegada sindical, en contraposición con la dirección, para poder reponer a una compañera despedida. Por otra parte unos maleantes sacan de ella una información para cometer un asalto a la fábrica y logran su cometido, Rita se da cuenta del error en que ha caído, que puede desacreditarla ante sus compañeras y acomete por su cuenta la búsqueda de los ladrones, lo cual logra con increíble facilidad. Como compañera de Rita se sitúa en la cinta a la joven actriz Maritza Rosales, otros artistas que integran el elenco y cubren su papel con dignidad son Ángel Espasantes, José Sanabria y Rafael Correa.

La cinta incluye, como era lo acostumbrado, algunos momentos musicales con destaque para el número interpretado por Rita, y otras escenas verdaderamente débiles, sin embargo, esta película, la última realizada por Peón en Cuba, el cineasta con quien Rita más películas realizó —cuatro en total— puede considerarse una comedia aceptable y que aún se disfruta, viendo a una Montaner que se echa a la espalda la película y logra sacarla a flote.

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Última película en México

En enero de 1954, Rita Montaner llega a México para la filmación de una nueva película de Joselito Rodríguez: Píntame Angelitos Blancos, un título escogido para recordar al público la exitosa cinta anterior y en la cual Rita vuelve a interpretar a una madre de raza negra que ha tenido dos hijos con un hombre blanco de procedencia burguesa, que la mantiene apartada de su familia, la cual no sabe que él se ha casado con una mujer negra.

El guión es aún más forzado que su antecesora —Angelitos Negros— ya que la niña es blanca y el niño varón es negro. El elenco lo integran también Julio Villarreal, Emilia Guiú, Titina Romay y Lalo González “Piporro”, notándose la sensible ausencia de una figura tan carismática como Pedro Infante. En general la cinta se queda por debajo en todos los aspectos de la cinta anterior y tampoco en México logra el impacto de la primera. Rita hace nuevamente una actuación digna, a pesar de lo irreal y “cursi” de algunas escenas.

Es esta la última película en que participa Rita Montaner. En Cuba no tiene la acogida que tuvo Angelitos Negros, sin embargo, logra llenar los circuitos de cines que la exhiben.

En los próximos años, hasta su muerte en 1958, Rita siguió una vida activa como artista multifacética, interviniendo en la radio, televisión y el teatro, pero no volvió a incursionar en el cine, motivado fundamentalmente a que no existía una verdadera industria nacional de este arte ya que no se le reclamó para esto, sus últimas actuaciones teatrales a enferma— en las obras La Médium y Fiebre de primavera fueron brillantes y pudieron quizá haberse llevado al cine, de haberse extendido su valiosa vida unos años más. Queden para las nuevas generaciones, las pocas películas existentes de las realizadas en Cuba y algunas que quizá pudieran recuperarse de su filmografía mexicana. Es necesario que muchos jóvenes conozcan quien fue Rita Montaner, símbolo del Arte Cubano de medio siglo.





Datos tomados de La Jiribilla.

Ellos
















viernes, 1 de octubre de 2010

Grandes cantantes de America









'





Joyas










LAS PILAS DE UNA PERIODISTA.



No son pilas cualquiera, son de las que duran y duran........

Tal es el caso de Angélica Mora.


Una gran profesional que se ajusta a la verdad y no se anda con paños caliente a la hora de denunciar los sistemas totalitarios y a gobernantes que hacen uso de la democracia para sembrar el totalitarismo y la opresión.

Entrar en los Blogs de Angélica es como ponerse al día en lo que sucede ahora . Sus apuntes abarcan temas insospechados. Sus inmensas contribuciones a diarios y prensa en general es un valor incalculable digno de admiración , porque no escatima esfuerzos en sus contribuciones y su profesionalismo; sin que por ello cuente el interés económico que pueda devengar de sus artículos.

El ser humano que encontramos en Angélica es incalculable. En sus apuntes podemos ver a la periodista, a la mujer, la ama de casa, la esposa , la madre y abuela y aun le queda tiempo para pintar, atender su huerta , hacer artes manuales y recorrer los blogs con un mensaje siempre positivo y halagador.

Su labor con la disidencia en Cuba es digna de admiración. Creo que todos han tenido contacto con Angélica y todos le guardan respeto y cariño en su trabajo para Radio Martí como jefa de corresponsales. Basta ver en Facebook como la respetan y le envían mensajes de agradecimiento y cariño. 

¡Así es Angélica! :

Pintora:
Tres de sus mejores manifestaciones:

HOY DÍA CAMINÉ...

IVAN CURRA, POR TU CULPA ME PUSE A LLORAR...

EL PRINCIPITO Y YO

 

 

El Arte y la Política

El arte no entiende de política.

Los artistas son los que tienen que ver con la política.

Son los que manipulan a sus admiradores con ideas y doctrinas que lejos de traerles paz y prosperidad, traen hambre, opresión y sistemas totalitarios.

Y de esos esta lleno el mundo, sobre todo los artistas comprometidos con regímenes izquierdistas y comunistas.

El arte es para transmitir lo que pueda llenarnos el espíritu, para éxtasis de los sentidos, no para manipulación y dominio de masas.

Este uso comenzó con Jane Fonda y se ha ido expandiendo hasta este siglo, donde cantantes, músicos y poetas usan su musa para enviar -como voceros de un régimen- lo que queda equidistante de la libertad de expresión y como modelo de un sistema.

El Arte es libre, el artista no.



jueves, 30 de septiembre de 2010

El Fin de Siglo que no conocieron


El Fin de Siglo que no conocieron


Lic. Amelia M. Doval.



Cuentan los que saben y acumulan las historias, que Cuba fue en sus mejores tiempos el reinado de la moda y la exclusividad. La Habana se distinguía por los productos y las bellas mujeres que trabajaban en sus tiendas. El Encanto, Fin de Siglo, competían en calidad y diseño.



Los nacidos después del 59, no conocieron de esto más que lo contado por quienes disfrutaron de tanta opulencia. Para esta generación flotante que se ha transformado en adulto, cercano al mundo de las canas y las arrugas, la realidad fue otra. Vistieron con ropas generacionales pues pasaban de un familiar a otro, zapatos fuera de moda aunque siempre limpios. Perfumes y desodorantes eran una joya arqueológica y el champú “Fiesta” su única opción.



Noches de Habana, sin el glamour de años anteriores, clubes nada exclusivos. Pocas playas, escasas piscinas y abundante malecón. Un par de zapatos de “Primor” para “los quince de la niña” , una fiesta con reducidas ofertas y mucha demanda. Música hasta pasada la media noche resumiendo la alegría de estar vivos. Cajas de talco a modo de rolos para amoldar el pelo. "Chancletas metedeo”, batecasas, palabras que parecían salidas de un idioma que busca el facilismo mental por lo descriptivas.



Desconocimiento casi general de las glorias pasadas. Muchos apagones morales y sociales que formaban parte del diario. Carencias de energía eléctrica haciendo de las noches una obligada velada medieval donde las narices, igual que chimeneas, se cubrían de hollín interior.



Helados de Coppelia bajo el sofocante calor. Reservación del Conejito, un restaurante de moda y soñar con la Torre porque era exclusivo. Juguetes si llegabas con número escogido. Tres meses de vacaciones para andanzas infantiles. Matutinos, doble sesión. "Pantalla" y un programa de películas del recuerdo, suficiente llanto para la tarde. Programas humorísticos que servían de tribuna a quienes querían criticar con risa para no provocar malos humores.



En esos momentos era conocida la ropa soviética en pleno verano, circo soviético, exposición rusa, maestrías y postgrados de cultura hispana en la Unión Soviética. Premios de los 9500 millones a la Repúblicas Socialistas. Calzado preparado para frio mas no resistente al calor. Como idioma universal el ruso, inservible y áspero en las costumbres pero útil para negociar en sus colonias. Cintas de seda con grandes lazos, batas vaporosas. Tanta Europa resumida a un solo país. Muñequitos rusos odiados pero necesarios compitiendo con el exclusivo Elpidio Valdés, palmiche y sus contrarios.



De aquellas famosas tiendas quedaron vagos recuerdos reforzados por el deseo desmesurado de aprender de un pasado que tenía un Encanto natural por más que la Época era diferente. Quizás llegaría el Fin de siglo, con otras expectativas ya no tan pendiente de los Ten cent de salario con pensamiento de miseria. Hoy la generación que toma la vanguardia de la juventud conoce de lo aprendido. Sus recuerdos son tan pobres como las vivencias de sus padres y las remembranzas de los abuelos.



Ahora todo es diferente, las famosas escaleras rodantes que cincuenta años atrás causaron impacto hoy son pirámides esculpidas sobre la inmovilidad. Mostradores que no enseñan sino ocultan la ausencia de productos. Lámparas que dejaron de ser luminarias para ocupar el puesto de espacios oscuros. Los aires acondicionados acaparan la atención en días calurosos porque su uso restringido es muestra de un pasado tan remoto como el pensamiento de querer cambiar la vida con adelantos científicos. Cuba, un país que avanza de marcha atrás, no porque busque sus orígenes sino porque desconoce su futuro.



Lic. Amelia M. Doval,

Miami, Fl

Columnista de Ciudadanos-cuba.

Esta es la entrada de la tienda Fin de Siglo de Centro Habana en Cuba. Nostalgia al verla, nostalgia al entrar en ella, llanto al salir. 24 Abril 2010. La Habana, Cuba.

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