A la Organización de Estados Americanos, su Asamblea y su Secretaría General:
República de Cuba
15 de mayo de 2009.
Nosotros, integrantes de la oposición democrática cubana junto con nuestros hermanos de la resistencia que están exiliados, estimamos necesario dirigirnos a Uds. a nombre de las soberanas aspiraciones democráticas de nuestro pueblo.
Contemplamos cómo se ha levantado en la región latinoamericana un llamamiento, vilipendiado para colmo por la dictadura castrista, que convocaría a la reinserción en la OEA de la más longeva y opresiva de las dictaduras latinoamericanas. Constituye una dolorosa contradicción que precisamente en el 50 aniversario del advenimiento del totalitarismo en Cuba se plantee la normalización plena con esta tiranía y la aceptación diplomática del despotismo reinante en nuestra Isla.
Cuba no ha sido separada de la OEA. El régimen tiránico que conculca las libertades públicas de los cubanos es el que ha sido separado. La nación cubana es la que ha continuado perteneciendo a este organismo, en simbólico homenaje a los miles de cubanos que han pagado duramente su resistencia democrática a este régimen.
Lo que más nos preocupa, sin embargo, no es la afrenta que se perpetuaría con nuestros derechos al aceptar a la dictadura que nos oprime como igual en términos de valores fundamentales a sus vecinos democráticos, si no el daño que se le estará infligiendo al mismo hemisferio.
Ha costado mucho dolor y sacrificio desterrar a las dictaduras de nuestra America Latina. Desconocer en estos momentos la Carta Interamericana y específicamente a sus artículos 1, 2 y 3 que rezan:
Artículo 1 - Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla.
Artículo 2 - El ejercicio efectivo de la democracia representativa es la base del estado de derecho y los regímenes constitucionales de los Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos.
Articulo 3 - Son elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos.
La reinserción del régimen totalitario castrista a la OEA, significaría abrirle la puerta a todo tipo de despotismo futuro para la región, hecho este de graves e impredecibles consecuencias para los millones de seres humanos que forman parte del entorno latinoamericano.
Les pedimos que a nombre de los valores mismos de la civilización no den este paso. Sería rebajar nuestra comunidad democrática americana al nivel de la barbarie totalitaria. La Resolución de 1962 expresa un claro principio democrático: no puede haber tolerancia democrática con la violación institucional de los derechos humanos encarnada en los regímenes totalitarios marxista-leninistas.
La misma Comisión Interamericana de Derechos Humanos, institución afiliada a la OEA, ha sido una de las más serias y constantes instituciones en la documentación de las atrocidades cometidas por la dictadura castrista en contra de su propio pueblo.
Consideramos además que por la misma puerta que entraría la dictadura castrista al ser admitida potencialmente por la OEA, saldría la nación cubana libre.
Abracen al pueblo cubano. Condenen a su dictadura. No reinserten al castrismo en el entorno democrático latinoamericano, ábranle las puertas de la OEA a la sociedad civil cubana que lucha cívicamente por la transformación democrática.
VER FIRMANTES EN:
Contemplamos cómo se ha levantado en la región latinoamericana un llamamiento, vilipendiado para colmo por la dictadura castrista, que convocaría a la reinserción en la OEA de la más longeva y opresiva de las dictaduras latinoamericanas. Constituye una dolorosa contradicción que precisamente en el 50 aniversario del advenimiento del totalitarismo en Cuba se plantee la normalización plena con esta tiranía y la aceptación diplomática del despotismo reinante en nuestra Isla.
Cuba no ha sido separada de la OEA. El régimen tiránico que conculca las libertades públicas de los cubanos es el que ha sido separado. La nación cubana es la que ha continuado perteneciendo a este organismo, en simbólico homenaje a los miles de cubanos que han pagado duramente su resistencia democrática a este régimen.
Lo que más nos preocupa, sin embargo, no es la afrenta que se perpetuaría con nuestros derechos al aceptar a la dictadura que nos oprime como igual en términos de valores fundamentales a sus vecinos democráticos, si no el daño que se le estará infligiendo al mismo hemisferio.
Ha costado mucho dolor y sacrificio desterrar a las dictaduras de nuestra America Latina. Desconocer en estos momentos la Carta Interamericana y específicamente a sus artículos 1, 2 y 3 que rezan:
Artículo 1 - Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla.
Artículo 2 - El ejercicio efectivo de la democracia representativa es la base del estado de derecho y los regímenes constitucionales de los Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos.
Articulo 3 - Son elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos.
La reinserción del régimen totalitario castrista a la OEA, significaría abrirle la puerta a todo tipo de despotismo futuro para la región, hecho este de graves e impredecibles consecuencias para los millones de seres humanos que forman parte del entorno latinoamericano.
Les pedimos que a nombre de los valores mismos de la civilización no den este paso. Sería rebajar nuestra comunidad democrática americana al nivel de la barbarie totalitaria. La Resolución de 1962 expresa un claro principio democrático: no puede haber tolerancia democrática con la violación institucional de los derechos humanos encarnada en los regímenes totalitarios marxista-leninistas.
La misma Comisión Interamericana de Derechos Humanos, institución afiliada a la OEA, ha sido una de las más serias y constantes instituciones en la documentación de las atrocidades cometidas por la dictadura castrista en contra de su propio pueblo.
Consideramos además que por la misma puerta que entraría la dictadura castrista al ser admitida potencialmente por la OEA, saldría la nación cubana libre.
Abracen al pueblo cubano. Condenen a su dictadura. No reinserten al castrismo en el entorno democrático latinoamericano, ábranle las puertas de la OEA a la sociedad civil cubana que lucha cívicamente por la transformación democrática.
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