El arte no entiende de política.
Los artistas son los que tienen que ver con la política.
Son los que manipulan a sus admiradores con ideas y doctrinas que lejos de traerles paz y prosperidad, traen hambre, opresión y sistemas totalitarios.
Y de esos esta lleno el mundo, sobre todo los artistas comprometidos con regímenes izquierdistas y comunistas.
El arte es para transmitir lo que pueda llenarnos el espíritu, para éxtasis de los sentidos, no para manipulación y dominio de masas.
Este uso comenzó con Jane Fonda y se ha ido expandiendo hasta este siglo, donde cantantes, músicos y poetas usan su musa para enviar -como voceros de un régimen- lo que queda equidistante de la libertad de expresión y como modelo de un sistema.
El Arte es libre, el artista no.
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