El martes 7 de septiembre, dejó de existir en esta ciudad la reconocida figura de nuestra radio y arte, la señora Lourdes Anaya Murillo Montaner, descendiente de una prestigiosa familia cuyos padres ocuparon relevantes posiciones en nuestra Cuba republicana
Su madre, María Antonia Quintana Herrera, fue representante a la Cámara por la provincia de Las Villas, siendo oficial del negociado de servicios especiales de la Cámara, en 1945. Su padre, el destacado abogado Dr. Leonardo Anaya Murillo, además de Congresista fue Ministro de Educación.
Criada en un ambiente de gran calor familiar y al tanto del quehacer público desde edad temprana, contrajo nupcias con el inolvidable poeta del destierro, Ernesto Montaner, cuyo talento y sentir volcaba en sus célebres epigramas, comentarios y sus vigentes composiciones poéticas que le merecieron tan singular título.
Habiendo dirigido el periódico Patria, posteriormente Ernesto y Lourdes Montaner fundaron: “El Triunfo”, teniendo el privilegio de contarlos en un tiempo en el grupo de colaboradores de lo que hoy es nuestro semanario LIBRE.
Vecinos de horas radiales, los sábados, durante mucho tiempo tuvimos oportunidad de compartir esos cambios de programas del mediodía en Radio Mambí, emisora a la cual estuvo Lourdes afiliada desde sus inicios.
Defensora de nuestros artistas, madrina de cuanto empeño reclamaba su apoyo, la recordamos con gran simpatía en esta casa de LIBRE, desde donde le decimos hasta luego en su camino al reencuentro con su esposo Ernesto.
Hasta su sobrina, que era una hija para los Montaner, la incansable Loreta Anaya, su esposo el matancero Héctor Rodríguez, los hijos de ambos Héctor y Carolina Rodríguez; el esposo de Lourdes, Jovino Pérez y a su médico, el también yumurino Dr. Mariano Fondevila y a todos sus demás deudos, nuestras más sentidas expresiones de condolencia.
E.P.D.
Ernesto Montaner...
Un Son para Celia Cruz
Celia Cruz canta que canta,
y de su canto diré
que el son, de Cuba se fue
escondido en su garganta.
Hay en su voz, una santa
devoción por la palmera;
vibra en ella Cuba entera,
y es tan cubano su acento
que su voz, al darse al viento,
flota como una bandera.
En su más leve gorjeo
hay el grito de un mambí,
que unas veces es Martí,
pero que siempre es Maceo.
Su voz, ardiendo en deseo
por la Cuba soberana,
tan pronto es una campana,
como se torna en clarín
queriéndole poner fin
a la esclavitud cubana.
Canta, Celia Cruz, en tanto,
ya que no hay nada que vibre
y recuerde a Cuba libre
como el sabor de tu canto.
Tu canto, que sabe al llanto
de los hijos de tu tierra;
tu canto, donde se aferra
la libertad al decoro
y es como un himno sonoro
llamándonos a la guerra.
Dios puso en tu piel oscura
de reciedumbre mambisa
la claridad de tu risa
y el ritmo de tu cintura.
De canela y sabrosura
ungió tu carne africana,
y al viento de la mañana,
quien te haya visto bailar
habrá visto tremolar
una bandera cubana.
Muñequita de café,
de caña, tabaco y ron,
dame tu son, ese son
que sabe al Cucalambé.
Dame ese son que se fue
entre lágrimas y penas
huyendo a manos ajenas
en tu garganta sonora.
Dame tu son, que ya es hora
de ir a romper las cadenas.
Dame el son. Dámelo ya.
Y al dármelo, negra linda,
dámelo como el que brinda
en copa de bacará.
Que Cuba te premiará
con un manto de capuz,
y así que brille la luz
de la dignidad del hombre,
el son cambiará de nombre,
se llamará: CELIA CRUZ.
2 comentarios:
Esta poesia dedicada a Celia Cruz, es una belleza que enriquece el alma y la cubania en mi.
Gracias por este son poetico.
Gilda Orozco
La representante Ana María fue una de las pocas mujeres que integraron el Congreso cubano antes de 1959
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