María Teresa Vera se unió a otros cantadores para constituir un dúo en el que casi siempre ella tocaba la segunda guitarra y la guitarra prima, guía conductora y virtuosista, que ejecutaba Manuel Corona. Esta fue la estructura que venía desde el siglo anterior, pero eran dúos conformados por hombres, que cantaban canciones dirigidas a la mujer. María Teresa fue una de las pocas mujeres cantadoras de aquel momento. En casi todas las grabaciones y muchas presentaciones en público que realizó en su primera época, Corona estuvo con ella, la acompañó con la guitarra y la voz del coro en guarachas, rumbas y sones, además creó muchas obras de otros estilos de la cancionística que también ella estrenó.
María Teresa Vera integró el primer dúo con Rafael Zequeira, que tenía una voz media que acoplaba muy bien con ella y realizó grabaciones de rumbas y guarachas en las que ella hacía voz solista y Zequeira y Corona le hacían el coro. Con ellos grabó l49 obras en diez años, es decir, desde 19l4 hasta 1924, fecha de fallecimiento de Zequeira. En ese período había grabado cuatro obras con Higinio Rodríguez, con el cual continuó varios años hasta unirse a Miguel García.
La primera parte de su vida artística está analizada por Cristóbal Díaz Ayala en su libro Cuba anta y baila, discografía de la música cubana (6), que abarca las grabaciones desde el inicio en cilindros hasta 1925 en que se sustituye la grabación acústica por la eléctrica. Un análisis somero, pues le faltan datos que no ha podido obtener, demuestra la actividad y variedad que tuvo María Teresa en los primeros años de su vida artística. Cantó pormenorizadamente diferenciando los siguientes estilos: capricho cubano, guaracha, rumba, clave, criolla, canción, bambuco, son, habanera, bolero, melopea, schotis de los siguientes autores: l3 obras de Rosendo Ruiz, 87 de Manuel Corona, l5 de Ignacio Piñeiro, una rumba de Jorge Ankermann, 5 obras de Patricio Ballagas, y una de Manuel Limonta.
De las l83 canciones que grabó, muchas fueron como solista, pero con su primer compañero estable, Rafael Zequeira, cantó 149 obras, con Floro Zorrilla una, con Higinio 4, con Ignacio Piñeiro una rumba, y con Corona 10. Esto es solo una muestra, pues ella siguió cantando por más de cincuenta años y Lorenzo Hierrezuelo aseguraba que en su repertorio había más de mil canciones de las que él recordaba cerca de novecientas.
La característica principal de María Teresa Vera fue no haber variado jamás su estilo. Aun en el pequeño período de tiempo que tuvo el Sexteto de Occidente, en las ocasiones que cantó los solos, era la misma de las guarachas, rumbas y sones que había cantado en su dúo.
La voz joven de ella era aguda, de finales nasalizados, se expresaba usando apoyaturas y tenía tendencia a portar la voz en intervalos cortos como intención enfática. Era muy afinada y respetuosa de la obra que le entregaba el autor, con el que siempre la aprendía. Ensayaba con los demás trovadores y autores en peñas en las que se hacían críticas y casi se creaba colectivamente.
Tocaba la guitarra segunda, con un vigor y precisión que resultaba ser la guitarra directora, y de hecho Lorenzo siempre me dijo que quien dirigía era ella y él la respetaba mucho por su memoria, por su acuciosa interpretación, por su profesionalidad. En ocasiones se le criticó la falta de dicción, pero esto podía ser por defecto de la estructura de la canción, que ella respetaba al extremo de no cambiarla. Considero que la primera etapa de ella con Corona como acompañante sentó pautas estilísticas diferenciadas de los demás trovadores. Entre los músicos populares, al intérprete de touch fuerte se le dice guitarra macho, y así podía calificarse la guitarra de María Teresa.
1 comentario:
Ahora se como trabaja...
Precioso todo. Y una leccion para los que no hemos visitado Cuba, para poder conocer su alma y su pasado.
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