Santander, España 1967
Con mi llegada a este país. mi circulo de amistades dio un giro inmenso. Los que quedaron en Cuba, los que conocí en España y las amistades que fui adquiriendo durante estos “43 años de exilio”
¿Parecen nada... ó mucho?
¡Pues si! La mayor parte de mi vida la he pasado en un exilio al cual tuve que adaptarme, asimilar y digerir. Y, ¡por que no! aceptarlo como algo que estaba marcado para mi vida.
He madurado, he aprendido a amar a esta Nación como parte de mi. Digamos que tengo el corazón patio en un espacio de 90 millas.
Eso si, mis sentimientos patrios no han sufrido; ni ha menguado mi amor por Cuba o mi lealtad, agradecimiento y amor a este pueblo que, decían que “era” un batey. pero que hoy es. la Capital del Sol...... Vi crecer a Miami. Vi como se abrían puertas donde antes- o no existían -o estaban cerradas.
Vi a mis compatriotas empinarse en el deber, en el trabajo, en la superación constante.
Para aquel entonces -y con mucho orgullo- médicos, profesionales de todas las esferas sociales tuvieron que guardar en el closet sus diplomas, sus oficios y como cualquier hombre digno y sin complejos; hacerle frente a la recogida de tomates en Homestead, las varitas de pescar o de maid en los hoteles lujosos en Miami Beach. La moral y el patriotismo en alto por sobre todas las cosas y un deber “traído en el corazón”...el rescate de la patria lejana y de los que quedaron atrás.
Para aquellos que piensan o “dislocan la verdad” del exilio; bien les puedo decir que, no ha habido un exilio, tan sacrificado y dadivoso como el exilio que me toco vivir junto a mis hermanos de ayer y de hoy. Los que quedan y los que ya partieron con el dolor del no regreso.
Y ¿de dónde ha salido la pujanza de Miami? ¡No es Maná (pan) del Cielo!
Y, le duela a quien le duela......(sorry) Éstas tierras, éstas calles y éstos barrios fueron abonados y sembrados con el sudor del exilio; ¡ aquí esta la cosecha !
Por eso -cada año- me encuentro con mis amigos de ayer, con los de hoy -y de alguna forma- celebramos viejos tiempos o el tiempo en presente.
No se si los primeros años de exilio han sido los más duros o si el tiempo los recrudece más.
Cada año es un reencuentro con el pasado y con el presente....El futuro...Dios dirá.
De mis primeros tiempos de exilio......¡Mejor con música!
Relájate y disfruta
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